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Sanación Natural

Me curo con la luz del sol y los rayos de la luna. Siento cómo su energía me envuelve, llenándome de vitalidad y paz. Escucho atentamente el sonido del río y la cascada, dejando que su fluir constante me purifique y renueve.

Me envuelvo en el balanceo del mar y el aleteo de las aves, conectándome con la armonía de la naturaleza. Inhalo profundamente el refrescante aroma de la menta, el neem y el eucaliptus, permitiendo que su fragancia curativa impregne mi ser.

Endulzo mis días con la suave esencia de la lavanda, el vigorizante aroma del romero y la serenidad de la manzanilla. Me abrazo al sabor reconfortante del frijol de cacao y un toque de canela, sintiendo cómo su calidez me reconforta desde adentro.

Pongo amor en mi té en lugar de azúcar, disfrutando de su sabor y deleitándome con la belleza de las estrellas. Me sano con los besos que el viento me regala y los abrazos reconfortantes de la lluvia, permitiendo que su amor incondicional me envuelva y me llene de bienestar.

Me mantengo firme al caminar descalzo sobre la tierra, sintiendo la conexión profunda con su energía vital. Reconozco que todo lo que proviene de ella puede nutrirme y sanarme en todos los aspectos de mi ser.

Descubro la sabiduría oculta en mi intuición y observo el mundo con una mirada elevada, conectándome con la esencia misma de la existencia. Salto, bailo y canto con alegría, dejando que cada célula de mi ser se llene de felicidad y vitalidad.

Recuerdo siempre que yo soy la medicina, que el poder de sanación reside dentro de mí. Me amo a mí mismo con un amor puro y hermoso, permitiendo que esa energía amorosa me guíe en el viaje de la vida.